Como está demostrando sobre todo EEUU, son las principales compañías tecnológicas globales las que están liderando la innovación y el uso multipropósito de la IA, principalmente por tener grandes bases de datos dentro de sus plataformas digitales.
En cualquier caso, las empresas de IA se pueden dividir en dos grupos: Las que desarrollan la IA y las que la consumen. A su vez las empresas que desarrollan la IA se dividen en dos categorías en función de su tamaño:
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La gran mayoría (entre el 80 y el 90%) que son muy pequeñas (empleando menos de 50 trabajadores) más un grupo intermedio de tamaño mediano
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Un pequeño puñado de empresas que emplea a más de 10.000 trabajadores.
Pues bien, el desarrollo y utilización de la IA está dominado por este segundo reducido grupo de corporaciones.
La importancia de los datos y la escalabilidad de las aplicaciones son las razones principales detrás de esta división. Además, las grandes corporaciones son las que avanzan con las principales investigaciones llevándose los mejores profesionales a nivel global porque son quienes pueden ofrecer los mejores salarios, como está sucediendo en Israel. Google ha dicho por ejemplo que en 2008 estaban empleando a 1/3 de los mejores investigadores del mundo en redes neuronales e inteligencia artificial.
Por otro lado, el desarrollo de soluciones relacionadas con la IA no requiere necesariamente de grandes inversiones, pues la capacidad computacional ya está accesible en la nube y por lo tanto las herramientas para desarrollar servicios y productos relacionados con la IA son de fácil acceso para todo el mundo, en cualquier parte del planeta con conexión a Internet. Estas pequeñas empresas tecnológicas altamente especializadas tienen buenas oportunidades de crecimiento porque las soluciones de IA son fácilmente escalables y su crecimiento no requiere de grandes inversiones en recursos humanos. El problema que está sucediendo es que son precisamente las grandes tecnológicas las que copian con rapidez esas invenciones, fagocitan sus equipos o directamente compran la empresa mediante vehículos de inversión especializados en tecnología o directamente desde su potente tesorería.
El principal problema para España después de la maraña de la multiplicidad normativa más el oportunismo político y su corrupción es que no tiene grandes empresas tecnológicas, al mismo tiempo que las pequeñas y medianas tienen muy difícil la escalabilidad a los mercados internacionales por las trabas mencionadas más una financiación especializada muy escasa y negociada sin transparencia. No existe una gran tradición inversora tecnológica porque se ha canalizado normalmente el ahorro con casi exclusividad hacia el sector inmobiliario y el suelo recalificable por los 'pelotazos' que permite. Lo que ha provocado con la llegada del euro la burbuja inmobiliaria por una sobreinversión constructora que ha restado capital para el desarrollo tecnológico y en general la economía de alto valor añadido. Por otro lado el sector turístico tiene un gran peso en el PIB y en algunas CCAA el lobby hotelero presiona las políticas educativas transferidas a las CCAA para que no se promocione la excelencia académica, con el objetivo de arrinconar el empleo en favor de los trabajos que ellos ofrecen de baja cualificación, nulo valor añadido, alta precariedad y escasa remuneración.
Todo este cúmulo de dificultades más las propias que se puede encontrar cada avance de la IA por no tener un ecosistema localizado en ninguna región del país, provocan que se fugue el talento fuera de España en cuanto aparece la primera posibilidad. Por no mencionar todos los jóvenes formados en TIC que directamente emigran buscando su primera oferta profesional fuera de España para no volver nunca más, agravando el persistente problema demográfico y de capitalización tecnológica.