En las revoluciones industriales anteriores las materias primas han sido el carbón, el acero y el petróleo. En la próxima la materia prima es la matemática. Ante los cambios tecnológicos es importante que todos nos adaptemos, pero en el caso de los niños es además algo fundamental porque son los trabajadores del mañana. Por eso es clave que el sistema educativo adopte estrategias de enseñanza que incluyan 'habilidades blandas' como el razonamiento analítico, la colaboración entre pares, la crítica constructiva, la demostración empírica, la capacitación visual para la información y sobre todo el pensamiento independiente.
Pero como demuestra la experiencia internacional en muchas ocasiones, los profesores ejercen precisamente un papel antitético de normalización, heterogeneidad, falta de pensamiento independiente y ausencia de crítica. No van a abandonar nunca este rol tradicional porque a lo largo de la historia han sido creados precisamente para ello, especialmente desde que cobran del estado y se encuentran dentro de su aparato burocrático. No nos debería extrañar en absoluto, pues esto sucede por el mismo motivo que en la Edad Media ninguna abadía sustituyó a los amanuenses por imprentas, pues así es como el Vaticano tenía el monopolio de la edición de libros y podía controlar lo que se publicaba. Hasta que no llegó el Renacimiento y Lutero con la Reforma protestante no se introdujo una nueva manera de pensar que necesitó del avance tecnológico de la imprenta para progresar. La libre interpretación de las Sagradas Escrituras era además la libre capacidad para imprimir biblias. El interés del profesarado es en este sentido análogo al de las abadías, igual que el del estado es equivalente al del Vaticano en la Edad Media. Y su estatus además se encuentra muy bien preservado por los sindicatos de profesores, las patronales educativas, la administración pública que les da de comer con nuestros impuestos y muy especialmente el negocio de las editoriales, que sostienen sus medios de información deficitarios mediante los beneficios anuales que consiguen con los libros de texto.
Por lo tanto, la IA no solo supone un cambio de paradigma industrial sino muy especialmente en el ámbito de la instrucción. Y como los profesores y el estado que los ampara nunca van a permitir el cambio, son las familias quienes deben hacerlo buscando el beneficio de sus hijos, porque es además su obligación como padres. En primer lugar asumiendo la responsabilidad de la instrucción dentro de casa y no delegándola ni al profesor ni al estado, dedicando para ello tiempo y esfuerzos. En segundo lugar asociándose para defender sus intereses en bloque, igual que hacen los profesores, los partidos políticos y por supuesto las diferentes facciones del estado. Es una lucha que necesita precisamente mucho pensamiento independiente, crítica constructiva contra un sistema que nos lleva a todos a la ruina y sobre todo colaboración. Mucha colaboración entre las familias. Tomar esta actitud enseña desde casa a nuestros hijos precisamente esas 'habilidades blandas' tan importantes para la nueva era industrial dominada por la IA. Pues los robots nunca saldrán del código con el que han sido programados, exactamente igual que los funcionarios y burócratas del estado no saldrán nunca de las directrices que les han impuesto. No dejemos por tanto que atrapen a nuestros hijos en sus redes. Ha llegado la hora de liberarles de todas esas ataduras que hipotecan su futuro.
No es el momento de nombrar las múltiples deficiencias que subyacen en el sistema educativo, pues forma parte de un análisis que se debe producir en otro lugar. Basta de momento enumerar brevemente los cambios y mejoras que serían más urgentes y necesarios:
- Realizar un estudio y análisis permanente de la demanda de las cualificaciones profesionales y de su evolución en los diferentes sectores productivos.
- Informar de los tipos de profesionales digitales necesarios en el futuro, de forma transversal y preparar los centros de formación.
- Acercar el modelo de enseñanza al mundo empresarial y mejorar la calidad de la educación en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), con una mayor interacción con profesiones y empresas en experiencias reales.
- Mejorar el proceso de orientación académica desde edades tempranas, atendiendo a las demandas y tendencias cambiantes de la sociedad y el entorno de trabajo.
- Incluir la programación y el pensamiento computacional en la educación primaria y secundaria, revisando además la formación inicial y continua del profesorado para mejorar los conocimientos y habilidades en tecnología y promover la utilización de entornos virtuales de aprendizaje docente digital que fomente la formación en tecnología de los profesores. Fomentar la formación tecnológica desde primaria, sin discriminación de género
- Aumentar el número de centros nacionales de referencia tecnológica y científica dedicados a la FP.
- Potenciar los programas de formación sectorial en menores de 25 años demandantes de primer empleo.
- Formar en habilidades digitales a los mayores de 45 años.