Conductores, cocineros, camareros, oficinistas, contables, asistentes jurídicos o trabajadores de fábrica y cadenas de montaje. Estos son algunos de los empleos que desaparecerán de aquí a 2035, según uno de los mayores expertos en Inteligencia Artificial del planeta, Kai-Fu Lee, fundador del fondo del capital riesgo Sinovation Ventures y toda una celebridad china en el campo de la tecnología y la economía. ¿La causa? Evidentemente, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el mercado laboral, una herramienta o descubrimiento que Lee se atreve a decir que “cambiaría el mundo más que cualquier otro invento en la historia de la humanidad, como la electricidad”.
Lo que muchos agoreros y autores líderes en ventas como Yuval Noah Harari bautizan como el Armagedón para el mundo laboral, se antoja como una oportunidad para otros campos profesionales. En esta especie de “Arca de Noé del empleo” se encuentran aquellos trabajos relacionados con el mundo de la programación digital o el desarrollo de 'software', pero también las carreras humanísticas o todas aquellas cuya materia prima es el contacto humano, la empatía o las relaciones sociales. Analistas de datos, científicos, especialistas en Aprendizaje de Máquinas, managers generales, profesionales de ventas y marketing, especialistas en Big DATA o en desarrollo organizacional. Lo que está claro es que a lo largo de estos años y los que quedan por venir el paradigma histórico habrá cambiado completamente.
“La IA reemplazará cada vez más trabajos repetitivos, no solo la mano de obra de las fábricas, sino también al personal de oficinas”, asegura Lee en una entrevista para el programa de televisión '60 Minutes' de la cadena internacional 'CBS'. “Chóferes, camioneros, cualquiera que conduzca para ganarse la vida: sus trabajos se acabarán en un plazo de 15 a 25 años. Muchos trabajos que parecen un poco complejos como camareros o cocineros, personal de tiendas o restaurantes se automatizarán en 15 años, lo que desplazará aproximadamente al 40% de los empleos del mundo. En cierto sentido", prosigue Lee, “la sabiduría humana siempre supera estas revoluciones tecnológicas. Los inventos de la máquina de vapor o de coser, así como la electricidad, desplazaron todos los trabajos en su momento. Ya lo hemos superado. En lo que se diferencian respecto a la IA es que está llegando mucho más rápido que sus predecesores, en tan solo 15 o 25 años”.
El hombre al que algunos califican como "el Elon Musk oriental" publicó en la revista 'Medium' un artículo de opinión en el que suavizaba su discurso apocalíptico. En él, figuran una lista de las oportunidades laborales que aparecerán en el futuro próximo. "Mi verdadera esperanza es confiar en que todavía hay muchos trabajos importantes que estarán a salvo de la irrupción de la IA", esgrime. "La inteligencia artificial no puede realizar todas las tareas humanas. No puede crear, conceptualizar o gestionar una planificación estratégica completa, ni lidiar con espacios desconocidos o situaciones desestructuradas, solo con aquellos que ya ha observado. Tampoco puede sentir empatía o compasión a la hora de interactuar. Por tanto, es poco probable que optemos por un robot apático para los servicios de comunicación tradicionales". En definitiva, tareas humanísticas, personales, creativas o compasivas, como por ejemplo la psiquiatria, el tratamiento de terapia, la atención médica primaria o la enseñanza, entre otras.
Un cambio estructural
El 1 de enero de este mismo año la que quizás sea la mayor autoridad económica mundial, Klaus Schwab, presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial (FEM), publicó una columna en 'Live Mint' titulada La Gran Reconstrucción, en la que pide a la comunidad internacional una urgente reestructuración institucional para hacer frente a la llamada “Cuarta Revolución Industrial”. En palabras de Schwab: “El mundo físico está siendo empequeñecido por un nuevo mundo digital, interconectado, integrado y virtual con una economía circular y compartida. La fabricación está siendo revolucionada por la automatización. Las economías de escala ya no proporcionarán las ventajas que en su día tuvieron. El recurso más valioso será el talento, no el capital tradicional”, advierte.
“Las principales empresas digitales de hoy en día están cambiando la vida cotidiana de las personas y alterando los patrones sociales tradicionales”, continúa Schwab. “De aquí en adelante, el dominio de la IA, el Big Data y la capacidad de operar en plataformas masivas a través del liderazgo en sistemas inteligentes, determinarán todo el poder corporativo y nacional”. Una de las propuestas más sorprendentes es la que realiza sobre el seno del sistema tributario: “En lugar de gravar el trabajo, los gobiernos deberán comenzar a hacerlo sobre los monopolios de la plataforma y los mecanismos de creación de valor que están enraizados en la nube”.
También apuesta por la educación como motor clave del cambio, la cual ve como una “prioridad esencial”: “Se debe hacer hincapié en la creatividad nutritiva, el pensamiento crítico, la alfabetización digital y la capacidad de empatía, sensibilidad y colaboración. Para ello, es necesario garantizar que la tecnología permanezca subordinada a nuestras necesidades, y no al revés. Además, los sistemas educativos deben estar más orientados al aprendizaje continuo, tanto por vías digitales como en el aprendizaje personalizado del cara a cara”. El presidente del FEM lo tiene claro: “Las forma en la que los países respondan a todos estos cambios determinará su crecimiento y posición en el escenario global, por no hablar de la calidad de vida de sus ciudadanos”.