Zimbardo: Cómo vencer al 'efecto Lucifer'

1 post / 0 new
Imagen de fiarme
Zimbardo: Cómo vencer al 'efecto Lucifer'


El demonio del mal es uno de los instintos primeros del corazón humano. Edgar Allan Poe.
La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día, pero la de hacer bien solo una vez al año. Refrán popular

El 'efecto Lucifer'

El doctor Philip Zimbardo es un importante investigador del comportamiento, del que son célebres, tanto en el mundo académico como fuera de él sus trabajos en psicología social. Sobre todo sus estudios respecto de los orígenes de lo que impulsa a la gente a hacer el mal, a que uno mismo pueda convertirse en un torturador. Esto es lo que él bautizo como: "Efecto Lucifer".

Pero ¿qué puede impulsar a una persona íntegra a llevar a cabo los más horribles actos de crueldad?

  • La conformidad al grupo, de Solomon Asch: Esta teoría nos demuestra que la presión de un entorno determinado con los miembros que lo conforman, nos puede impulsar en ocasiones a llevar a cabo conductas que pueden ir en contra de nuestros propios valores con tal de conseguir una sola cosa: ser aceptados.
  • La obediencia a la autoridad, de Stanley Milgram. Este fenómeno es común por ejemplo en colectivos de jerarquía ideológica, religiosa, militar o policial, donde una buena parte de sus integrantes es capaz de cometer actos violentos si vienen justificados u ordenados por personas de mayor cargo o determinadas interpretaciones de la voluntad de la divinidad o de las fundamentaciones teóricas del partido político.
  • La desconexión moral, de Albert Bandura. Las personas disponemos de nuestros propios códigos morales y sistemas de valores. Sin embargo, a veces llevamos a cabo toda una serie de 'piruetas' mentales para integrar comportamientos totalmente opuestos a nuestros principios, hasta el punto de ver como correcto lo que es moralmente inaceptable.
  • Factores ambientales, de Philip Zimbardo. Hay un paralelismo entre los procesos psicológicos dinámicos y las fuerzas situacionales de los sistemas sociales. Éstas son construcciones psicológicas que se implantan en la psique y llegan a presentar determinados grupos humanos de forma deshumanizada y despreciable, transformando a unos en enemigos de otros y llegando al absurdo de que personas pacíficas y racionales terminen ejerciéndose gran violencia de forma completamente irracional. Y esto hasta el extremo de considerar al grupo humano contrapuesto como un gran peligro para la supervivencia del sistema de ideas y valores recibidos por herencia social.

El decálogo para vencer el 'efecto Lucifer'

  1. Me he equivocado: Tratar de justificar los errores propios es el primer paso hacia las conductas negativas. Frases como «lo siento» permiten, en cambio, seguir adelante, y evitan disonancias cognitivas.
  2. Estoy atento: No dudemos en dar un toque de atención a nuestra corteza cerebral: los detalles importan. Especialmente en situaciones nuevas, que nos hacen especialmente vulnerables a influencias externas. Es momento para el pensamiento crítico.
  3. Soy responsable: Nada de eludir la responsabilidad de nuestros actos entre los miembros de la pandilla, el batallón o la empresa. Pensemos en un ‘juicio’ posterior donde no sirven pretextos como «sólo seguía órdenes» o «todo el mundo lo hacía».
  4. Afirmaré mi identidad: El anonimato y el secretismo encubren la maldad y debilitan los lazos con los demás. Cuidado con los estereotipos, las bromas y las etiquetas: hacen desaparecer la identidad individual.
  5. Respeto a la autoridad justa: Atención a los pseudolíderes y falsos profetas. Hay que distinguir entre la autoridad que merece respeto y la que no. Y son los padres, los profesores y las autoridades quienes deben enseñar a diferenciar una de otra.
  6. ¿Aceptado o independiente? Somos animales sociales: las relaciones nos benefician. Hay entornos, como la empresa o la escuela, donde la presión para actuar en equipo puede llevar a acatar normas que van contra el bien social. Para ser aceptado no hay que sobrepasar ciertos límites.
  7. Atento a las formulaciones: No nos gusta tener un 40 por ciento de posibilidades de perder, pero sí un 60 de ganar. Ambas cosas significan lo mismo, pero la manera de percibirlo cambia en función de la formulación elegida. Cuidado.
  8. No pensaré sólo en el presente: No hay que perder de vista los compromisos pasados ni el futuro. Los que ayudaron a sus vecinos judíos durante el régimen nazi lo hicieron pensando en las estructuras morales del pasado y en las consecuencias futuras de sus actos.
  9. Seguridad sí, pero ¿a qué precio? Cuidado con la fórmula de Fausto: ante una supuesta amenaza, nos podemos ver tentados a sacrificar parte de nuestra libertad –personal o civil– a cambio de seguridad. Desconfiemos de quien la ofrece.
  10. Puedo oponerme a la injusticia: Hay distintas maneras de hacerlo: por ejemplo, retirarse físicamente de una situación donde otro controle por completo la información, la recompensa o los castigos. Si es con ayuda, mejor: pidamos a otros que se unan a la causa.