Las Administraciones se gastaron 127.000 millones de euros en salarios, 4.000 millones más que el año anterior, pese a que el número de trabajadores todavía no está en máximos
Hace justo un año, el exministro de Hacienda Cristóbal Montoro presentó el proyecto de presupuestos con dos grandes partidas de gasto sociales: la subida de las pensiones mínimas y del salario de los funcionarios. Con ello quería lograr los apoyos suficientes en el Congreso para sacar adelante las cuentas públicas, que finalmente se aprobarían con el respaldo del PNV. Montoro firmó con los sindicatos de la función pública una subida plurianual del sueldo que comenzaría con un alza del 1,75% en 2018. También permitió la jornada de 35 horas en las comunidades autónomas y sentó las bases para la primera Oferta de Empleo Público en 10 años que creaba empleo neto.
El resultado de todas estas políticas fue que el gasto en salarios de los trabajadores públicos se incrementó a lo largo del año en casi 4.000 millones de euros. Esta subida ha hecho que la nómina de trabajadores públicos supere el máximo previo, que estaba vigente desde 2009, cuando coincidieron el Plan E de estímulo fiscal y la Oferta de Empleo Público aprobados por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, justo antes de las elecciones de 2008. Y la tendencia no parece que vaya a cambiar en 2019. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha aprobado una oferta de empleo público de 33.793 plazas para 2019, casi un 10% superior a la del año pasado. "La mayor registrada en los últimos 11 años", según afirmó el propio Ministerio de Función Pública y Administración Territorial.
La masa salarial total de los funcionarios y trabajadores públicos superó los 127.000 millones de euros en 2018, según muestra la estadística de Cuentas trimestrales no financieras publicada el viernes por el INE (datos en euros corrientes). En total, el gasto en las nóminas (no se incluye el coste de las cotizaciones sociales) se incrementó un 3,2% en el conjunto del año y suma ya seis años consecutivos de incrementos. Después de este último avance se sitúa ya un 1,2% por encima del máximo de 2009, 1.500 millones de euros más.
Se trata de la segunda subida más fuerte de la nómina de trabajadores públicos desde 2015. En ese año, el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó una subida de sueldos del 1% y la recuperación del 50% de la paga extra eliminada en 2012. Lo hizo justo antes de las elecciones y el coste total para el conjunto de Administraciones fue de 4.150 millones de euros.
Con la subida de 2018, las Administraciones Públicas han terminado de revertir todos los recortes en personal público aplicados entre los años 2010 y 2012, cuando España se situaba al borde de la quiebra. Sin embargo el gasto en salarios ha vuelto a máximos sin que se haya recuperado la plantilla de trabajadores públicos que se alcanzó al inicio de la crisis. España llegó a tener algo más de 3,3 millones de empleados, mientras que al cierre de 2018 había 3,2 millones, según los datos de la EPA. Esto es, a día de hoy hay unos 100.000 trabajadores públicos menos, lo que significa que el salario medio es superior.
La subida de las retribuciones de los funcionarios ha sido además una de las principales vías de la política expansiva aplicada por el Gobierno en los dos últimos años. Estos 4.000 millones más de rentas salariales suponen casi uno de cada diez euros del crecimiento logrado en 2018.
Si a esta cifra se suman los 9.661 millones de euros de nuevas transferencias sociales (básicamente pensiones), el resultado es que los salarios públicos y las prestaciones generaron un tercio del crecimiento del PIB en 2018. Una política fiscal expansiva que ha sido muy útil para mantener la solidez de la economía española mientras el resto de Europa se frena.
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