Entetanimiento (tittytainment)

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Entetanimiento (tittytainment)

TV basura

El entetanimiento (tittytainment) como herramienta de control de la población fue propuesto en 1995 por el ideólogo neoliberal y asesor de la Casa Blanca Zbigniew Brzezinski, ante la llegada de la denominada "sociedad 20:80", en la que el trabajo del 20% de la población mundial será suficiente para sostener la totalidad del aparato económico del planeta.

En un mundo como el actual dominado absolutamente por consideraciones ecónomicas, quien no puede incorporarse como valor al mercado se considera obsoleto y por lo tanto ese 80% de la población se termina convirtiendo en una molestia inútil cuyas reacciones y protestas deben ser controladas de alguna forma. Es aquí donde entra en juego el entetanimiento como forma de propaganda y método de control.

El entetanimiento es una mezcla de información y entretenimiento mediocre y vulgar orientado a las bajas pasiones e instintos más animales, construido sobre bazofia intelectual con técnicas de propaganda y psicología de masas, para mantener a los desesperados de la sociedad convenientemente sedados, perpetuamente engañados, sumisos y serviles ante los dictados de una élite minoritaria que decide su destino. Es una nueva forma de manipulación social que busca acallar las previsibles protestas y suprimir los derechos de ese inútil y molesto 80% que deviene en una especie de escoria social.

El concepto entetanimiento no debe entenderse entonces en un sentido sexual o pornográfico ["tittytainment" proviene del argot americano para "pechos" (tits) y de "entretenimiento o espectáculo" (entertainment)]. La elección de los términos hace más bien referencia al efecto tranquilizador y sedante de la lactancia materna sobre el bebé, que lo deja satisfecho y tranquilo, eliminando todas sus quejas y protestas. Este símil es interesante pues es así como los promotores del entetanimiento ven a la mayoría de la población: como bebés sin capacidad de decisión cuyas prioridades y satisfacciones deben ser decididas y controladas por personas más capaces. También podría considerarse al entetanimiento como el antónimo del término inglés "edutainment", cuyo significado es algo así como divertimento o diversión educativa o espectaculo culturalmente edificante e inclusivo.

El entetanimiento pretende convencer al individuo que la situación económica y social mundial contemporánea es inevitable, que deriva directamente de la naturaleza de las cosas y no ha sido una creación artificial y voluntaria de aquellos que se benefician de la misma. El entetanimiento persigue convencer al individuo que no hay alternativa posible a lo dado y sobre todo que no puede hacerse nada para cambiar su pésima situación. Lo más adecuado y razonable es sentarse ante la televisión, ganar dinero, consumir y no cuestionarse nada.

Existen muchos tipos de entetanimiento. Desde el más burdo y degenerado, hecho por y para degenerados como determinados programas de televisión (que no son otra cosa que pornografía emocional), hasta los pretendidos debates de intelectuales y políticos en los que se simula independencia y objetividad pero sólo se muestra servilismo y vil dependencia de quien paga las nóminas o de los intereses creados y el statu quo. Por no mencionar las presuntamente divertidas crónicas periodísticas de plumillas que se consideran a sí mismos intelectuales valiosos, pero son incapaces del menor compromiso y se limitan a halagar el ego de los lectores y difundir los mitos imbéciles que perpetúan en el poder a otros imbéciles, de quienes esperan recibir una recompensa en su momento.

El entetanimiento es el método que se ha revelado más eficaz para ocultar una realidad cada vez más insoportable que pugna por abrirse camino en las conciencias de todos aquellos seres humanos que conservan algo de dignidad, de respeto por sí mismos y de amor por la humanidad. El entetanimiento es por lo tanto no solo una forma de control de los individuos y de perpetuación de una serie de paradigmas que los someten en beneficio de unos pocos, es un método refinado y pulido a lo largo del siglo pasado y que hoy, en los inicios del siglo XXI, ha alcanzado una sólida y saludable madurez.

Solo cuando el entetanimiento se ve incapaz de seguir ignorando a sus críticos y fracasa en su propósito de reducirlos al ostracismo es cuando se ve obligado a enfrentase a ellos y responder sus acusaciones. En este momento el defensor del entetanimiento hará cualquier cosa para eludir el debate y la confrontación y no dudará en intentar desviar la atención del meollo de la crítica recurriendo a cualquier estratagema que se le ocurra. De entre todas la más popular consiste en difamar y atacar personalmente al que descubre la maquinación en la sombra en vez de rebatir sus argumentos. Se trata del viejo recurso retórico del ataque 'ad hominem', que no por conocido resulta menos eficiente. Esta estratagema para desviar la atención de la certeza encontrada está asumida dentro del propio entatenimiento y se termina menejando al más puro estilo del neolenguaje orwelliano, con el único objetivo de sustraer el fondo de las cuestiones al conocimiento público. El defensor del entetanimiento tergiversa sin el menor pudor los argumentos y las intenciones de los que proponen alternativas a sus dogmas o explican la intención de todo el montaje de la distracción.

Otra defensa realmente popular que utiliza el entetanimiento es la de calificar a todos sus críticos como paranoicos o “teóricos de la conspiración”. Por supuesto es esta una acusación que carece de la menor base, pues la mayor parte de las críticas que se hacen al entetanimiento solo reproducen los textos que el mismo entetanimiento expulsa al mundo a través de las instituciones por medio de las que actúa. Las críticas al entetanimiento están basadas o no suelen ser otra cosa que extractos de informes públicos de instituciones internacionales o nacionales.

En cualquier caso esta nueva manipulación embrutecedora tiene a su favor que la mayoría de la gente prefiere creer que sus líderes son justos e imparciales incluso ante la evidencia de lo contrario, pues si el ciudadano descubre que el gobierno bajo el que vive es mentiroso y corrupto entonces tiene que decidir qué va a hacer al respecto. Pero emprender acciones para defenderse de un gobierno inicuo supone en ocasiones un riesgo para la propia vida y la de las personas queridas. Por eso mayoritariamente la gente no tiene la valentía necesaria para afrontar esa elección y acción en consecuencia. De ahí que la mayor parte de la propaganda no esté diseñada para engañar al pensador crítico, sino sólo para entregar excusas a los cobardes morales que no desean pensar en absoluto y mucho menos desobedecer al sistema para poner en peligro su presunto entorno de seguridad.

No parece ser una aspiración descabellada desear un mundo mejor para nuestros hijos, una sociedad donde la gente pueda vivir con serenidad y en paz, libre de ansiedades artificiales. Donde la vida dominada por la angustia y la inseguridad, el aislamiento, el miedo a los demás y el ansia por dinero sucio sea tan solo un recuerdo de los tiempos estúpidos en los que los seres humanos permitieron que el entetanimiento dirigiera sus vidas. Pero esto solo es alcanzable con una buena instrucción.