Tradicionalmente se ha asumido que los trabajadores no cualificados serían aquellos que más sufrirían cuando los robots se integren en la fuerza de trabajo. Un escenario ante el que siempre se ha planteado una misma solución: estudiar una carrera universitaria o aprender un oficio para que un robot no nos quite el trabajo. Sin embargo, estudiar ya no es una garantía de nada. Médicos, psicólogos expertos en recursos humanos, banqueros expertos en hipotecas, asesores financieros, expertos en atención al cliente para aseguradoras y personal administrativo... Estos son solo algunos de los trabajos para los que los humanos ahora cuentan con competidores robóticos.
IPsoft, una de las mayores empresas de automatización e inteligencia artificial del mundo ha creado su propio portal de empleo, una suerte de Infojobs con más de 670 perfiles de trabajadores virtuales que cubre campos como la banca, la salud, los seguros, el sector financiero e, incluso, los recursos humanos. "Se trata de una tienda virtual en la que tienes los distintos perfiles a tu disposición. Si, por ejemplo, una compañía de seguros está buscando un especialista en hipotecas, solo tiene que entrar en la web, buscar el perfil que necesita y, como ocurre con las referencias de los trabajadores humanos, puede conocer sus referencias a partir de la puntuación que otras empresas y clientes han dejado al trabajador virtual", explica a PIXEL en CEO de IPsoft, Chetan Dube.
Una vez seleccionado el perfil que necesitan, las empresas pueden incluso entrevistar al trabajador virtual. "Puedes preguntarle por un caso práctico para que veas como respondería en un entorno real y, si te ha gustado, contratarle es tan sencillo como descargarlo a la red de tu empresa", añade. Por ejemplo, Telefónica ya lo está implementando en su servicio de resolución de incidencias (a través de voz y de una app) en Perú y en Enero del próximo año estará disponible en España. "De acuerdo con nuestras previsiones, sustituirán a un 30% de sus teleoperadores durante los próximos dos años", asegura a PIXEL Gonzalo Gomez Cid, Director Global de los centros de atención al cliente de Telefónica.
Los trabajadores reclaman subidas salariales, días de vacaciones y facilidades para conciliar su vida laboral y familiar. También se ponen enfermos, tienen hijos embarazadas o sufren accidentes en el puesto de trabajo. Son humanos y, al fin y al cabo, les gusta levantarse a tomar un café, a estirar las piernas o, simplemente, tienen un mal día y no es todo lo productivo que debería. Además, el empresario debe pagarles un salario en base a los convenio colectivo.
Mientras tanto, estos trabajadores virtuales no necesitan descansar, ni estirar las piernas, ni irse a por una botella de agua. No se ponen malos, ni piden vacaciones y desconocen lo que es conciliar porque trabajan 24/7. Sin pausas. Además, las empresas tienen un incentivo importante: "Nuestros empleados digitales solo cobran por el trabajo que han logrado realizar de manera exitosa. Si no, no recibimos dinero", explica Dube. "Por ejemplo, en un departamento de reclamaciones", prosigue, "nuestros empleados digitales solo cobrarán por las reclamaciones que hayan tramitado con éxito". "Es posible que un trabajador humano no realice las tareas todo lo bien que su empleador esperaba. Nuestros trabajadores digitales solo cobran a partir del valor que ha creado para la empresa que le paga y el riesgo de la contratación desaparece para los empleadores", comenta.
Humanos obsoletos
La obsolescencia es un concepto que tradicionalmente se ha identificado con las máquinas. Sin embargo, la revolución industrial que está provocando la automatización y la inteligencia artificial está invirtiendo el ciclo natural y hace que sean los humanos quienes se quedan obsoletos para los distintos trabajos. "A las personas hay que enseñarles para que puedan hacer bien cualquier trabajo pero la inteligencia artificial aprende más rápido y cada día se vuelve mejor", explica Dube. "Por ejemplo", prosigue, "una maquina podría perfectamente realizar las distintas labores del departamento de recursos humanos de una empresa, incluso las contrataciones".
Una situación ante la que surge una pregunta: ¿Qué hacer con los humanos que trabajan en todos estos sectores en los que los robots ya están tomando los puestos de trabajo? "En la parte rutinaria y administrativa los robots se han vuelto muy sofisticados y la idea es que los humanos se centren en realizar trabajos más creativos", comenta Dube mientras apuesta por una redistribución de la riqueza generada por la inteligencia artificial como solución al problema que plantea la irrupción de robots al mercado laboral. "Los estudios estiman que las empresas que incorporen inteligencia artificial aumentarán sus beneficios en un 35% y su productividad en un 40% y la pregunta es si la creación de esta riqueza la deberían disfrutar unas pocas multinacionales o la ciudadanía", reflexiona.
Para ello, como receta para paliar los efectos colaterales de su propia creación, Dube, apuesta por implementar una renta mínima y se muestra favorable a que los robots paguen impuestos, en la misma línea que ya se han pronunciado Bill Gates o Alexandria Ocasio-Cortez. "Sin embargo", concluye, "la riqueza la debería redistribuir un algoritmo en lugar de un político, así nos aseguraríamos de que se hace bien".
El InfoJobs para contratar robots que son médicos, banqueros y psicólogos