El salario medio anual alcanzó en 2018 los 19.809 euros, mientras la pensión media se situó en 14.917 y la prestación por desempleo en 3.004 euros
Los salarios siguen perdiendo peso en la economía española. Prueba de ello es que casi el 40% de las personas que a lo largo del año pasado tuvieron relación con la Agencia Tributaria percibían pensiones y prestaciones por desempleo, de acuerdo con los datos aportados por sus pagadores. Dicho de otra manera: cuatro de cada diez contribuyentes viven de las prestaciones públicas, es decir, no productivas. El resto, en torno al 60%, fueron perceptores de salarios. Es la foto general de la estadística 'Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias' que acaba de publicar la AEAT. Se trata del informe más exhaustivo que se hace en España sobre rentas derivadas del trabajo.
Los datos se ofrecen desde una doble perspectiva: la de la entidad que emplea y retribuye, y la del perceptor de salarios, pensiones y prestaciones por desempleo. "La distribución 60%-40% se corresponde con la óptica del pagador, es decir, de la empresa o administración que retribuye nóminas o prestaciones", aclara el secretario general de los Técnicos de Hacienda (Gestha) José María Mollinedo. Así, de acuerdo con la AEAT, los grupos de población por la naturaleza de sus retribuciones se distribuyeron en 2018 en 14.789.842 asalariados (61,06%), 8.526.295 pensionistas (35,2%) y 907.232 desempleados (3,75%).
En total, en 2018 hubo más de 28 millones de personas que a efectos tributarios tuvieron algún tipo de renta del trabajo. Y es que, tal y como explica Mollinedo, la estadística tiene en cuenta situaciones en las que una persona puede obtener, a lo largo del año, percepciones salariales de dos o más empresas o entidades, y dos o más tipos de percepciones. Y también analiza situaciones de personas que han estado empleadas y desempleadas en el mismo año, o que han sido asalariados y pensionistas en el mismo ejercicio, u otras situaciones mixtas. Así, en 2018 fueron asalariados y pensionistas 751.044 personas, mientras 3.272.470 fueron asalariados y desempleados y 76.161 estuvieron en las tres situaciones.
Hay que tener en cuenta que esta estadística, de carácter censal, se basa en la información proporcionada por los retenedores en sus declaraciones anuales del modelo 190, que proporciona datos sobre percepciones satisfechas en concepto de salarios, pensiones y prestaciones por desempleo. Por tanto, en los pensionistas se incluyen los que cobran pensiones tanto públicas como privadas, las que no tributan, como las de orfandad, y otras prestaciones como las de incapacidad permanente o invalidez. Asimismo, en los parados solo se incluyen los que perciben prestación por desempleo.
De igual manera, se ofrece una información con un importante grado de desagregación por variables de sexo, edad, nacionalidad u origen de la renta, entre otros. También por comunidad autónoma, si bien hay que señalar que la estadística detalla el origen de los ingresos incluidos en las declaraciones de IRPF de 2018 de todas las regiones excepto Navarra y País Vasco, que tienen un régimen fiscal propio. Esto, a ojos de Mollinedo, "distorsiona bastante la estadística".
Con todo, el mapa es muy representativo. De un vistazo se observa que la mayor proporción de pensionistas se concentra en el norte. Influye, y mucho, el envejecimiento de la población en estos núcleos, pues la inmensa mayoría de los pensionistas son jubilados. En Cantabria se supera el 40% de pensionistas, en Galicia el 45% y en Asturias el 47%, por lo que las pensiones representan casi la mitad de los ingresos de sus habitantes. Del mismo modo, las regiones del sur, las más castigadas por el paro, como Andalucía, tienen la mayor proporción de perceptores de la prestación por desempleo (5,7%). Le supera Canarias con un 5,8% y Extremadura con un 5,9%.
Respecto a los asalariados, es en Madrid donde representan una mayor proporción respecto al total de la población de la comunidad, en concreto, el 68%, muy por encima de la media nacional. En la capital los pensionistas suponen apenas el 29,3%, la tasa más baja del mapa. Por detrás se sitúa otra región intensiva en empleo, como son las Islas Baleares, con un 66,5% de asalariados. Les siguen Murcia (64%) y Cataluña (63,4%).
Mejores salarios y pensiones
Hasta ahí el análisis desde el punto de vista del pagador. Ahora toca dar la vuelta a la perspectiva y observar la estadística desde la óptica del perceptor. Es lo más adecuado, a ojos de Mollinedo, para hablar de sueldos. Aquí se observa que el salario medio anual alcanzó en 2018 los 19.809 euros, lo que supone un salto cuantitativo importante desde los 19.172 euros de 2017. Sin embargo, la distribución de la renta no es equitativa, ya que las mujeres siguen penalizadas en el mercado laboral con sueldos mucho más bajos que los hombres (17.180 euros, frente a 22.095 euros), por lo que la brecha de género continúa lejos de cerrarse.
Y lo mismo sucede con las pensiones. De acuerdo con los datos de la Agencia Tributaria, la pensión media anual escaló hasta los 14.917 euros en 2018, desde los 14.147 del año anterior, impulsada por la revalorización con el IPC y por las mejores condiciones de retiro de los nuevos jubilados que acumulan carreras de cotización cada vez más largas y cuantiosas. De nuevo, con importantes diferencias entre pensionistas mujeres y hombres: ellas percibieron una pensión media de 12.314 euros, muy por debajo de los 17.486 euros de los varones.
La distribución por comunidades autónomas también deja diferencias tanto en salarios como en pensiones. Los mejores sueldos se cobran en Madrid, con una retribución media anual de 25.904 euros. Por detrás aparece Cataluña, con 22.373 euros al año, y Asturias, con 20.650 euros. En el resto de las regiones, a excepción de las ciudades autónomas, la nómina anual no supera los 20.000 euros. También se percibe en la capital la pensión más alta (18.416 euros de media al año), por delante de Asturias (17.829). Mientras, las pensiones más bajas medidas en cómputo anual corresponden a Extremadura, con apenas 12.224 euros.
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