La Plataforma per la Llengua recauda fondos para promover el uso del catalán en los recreos y también lanza un sello para distinguir a los productos etiquetados en catalán y boicotear al resto
La Plataforma per la Llengua -la ONG que espió a niños en 50 escuelas de Cataluña para comprobar si hablaban en castellano- tiene nuevos planes para impulsar el uso del catalán en el recreo.
La entidad ha iniciado una colecta de 30.000 euros con los que pretende poner en marcha «una gran campaña de sensibilización» para «promover el catalán en los patios de escuelas e institutos» tras constatar en su «observación de incógnito» que «sólo el 15% de las conversaciones en los patios de instituto de las zonas urbanas de Cataluña son en catalán».
La Plataforma per la Llengua -que pretende contar con «los principales agentes de la comunidad educativa» para llevar a cabo sus nuevas medidas en los recreos- ha conseguido recaudar 10.864 euros y espera alcanzar el objetivo de los 30.000 en dos meses.
Para ello, la autodenominada «ONG del catalán» ha realizado un llamamiento a particulares y empresas con el fin de que realicen un donativo, a pesar de que la entidad está generosamente regada con subvenciones públicas de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación.
Tal y como reveló este diario, el Govern inyectó 3,7 millones de euros a la Plataforma per la Llengua entre 2012 y 2018, de los 1os que anualmente gasta medio millón para pagar las nóminas de sus 19 empleados.
Boicot por no etiquetar en catalán
Pero los proyectos de la Plataforma per la Llengua no se circunscriben únicamente a la implantación del catalán en las conversaciones que mantienen los escolares en los patios. La organización, que habitualmente delata a negocios que no rotulan sus locales en catalán para que la Generalitat los multe, ha lanzado un distintivo para diferenciar a las marcas que etiquetan sus productos en catalán de las que no los hacen.
La entidad ofrece distinguir con el «sello de producto lingüísticamente responsable» a los productos que por lo menos estén etiquetados en catalán, a cambio, eso sí, de que la marca que los comercializa les pague una cuota anual mínima que oscila entre los 100 y los 1.000 euros en función del tamaño de la corporación.
La Plataforma per la Llengua ofrece a las empresas adheridas difundir su «actitud proactiva» y «compromiso» con el uso del catalán entre sus 20.000 socios, las 150.000 personas que reciben su propaganda por correo electrónico y sus 133.000 seguidores en las redes sociales. «El objetivo es reforzar la visibilidad y la proyección de los productos lingüísticamente responsables», defiende la ONG, que viene a promover así una suerte de boicot como el puesto en marcha por la ANC hace meses contra las empresas no independentistas.
La entidad secesionista presidida por Elisenda Paluzie lanzó un listado de compañías afines a su causa y reclamó a los partidarios de la separación del resto de España que consumieran sus productos y servicios en lugar de hacerlo con aquellas que no querían posicionarse políticamente y especialmente con aquellas que trasladaron su sede social fuera de Cataluña por miedo a los efectos del referéndum ilegal del 1-O.
La Plataforma per la Llengua ha distinguido ya con su «sello de producto lingüísticamente responsable» a la cadena de supermercados Sorli, a la charcutería La Selva y a cinco pequeños productores de cava, cerveza artesanal, turrón y productos alimentarios ecólogicos.
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