Plataforma per la Llengua engañó a escuelas, profesores y alumnos para controlar sus hábitos lingüísticos: fueron vigilados 750 alumnos
La entidad catalanista Plataforma per la Llengua, autodenominada 'la ONG del catalán', infiltró topos en las escuelas para espiar los hábitos lingüísticos de profesores y alumnos. El resultado de ese espionaje es un informe que los responsables de la entidad hicieron público ayer y según el cual "sólo" el 14,6% de las conversaciones en los patios de las escuelas urbanas catalanas se llevan a cabo en catalán.
"El estado de la lengua requiere que nos activemos desde todos los frentes posibles", dijo Òscar Escuder, presidente de la plataforma, durante la presentación de los resultados de su estudio, que está disponible en su página web. El informe, titulado Estudio sociolingüístico en los patios de las escuelas e institutos de las zonas urbanas de Barcelona y cuyas conclusiones fueron avanzadas hace unas semanas coincidiendo con la emisión de un documental de TV3 que difundía una visión catastrofista del catalán en las escuelas, se ha llevado a cabo con una polémica metodología.
Con el teórico fin de evitar distorsiones en los resultados, Plataforma per la Llengua infiltró observadores de incógnito en las escuelas espiadas, que eran tanto de titularidad pública como privada. La excusa utilizada fue la de desarrollar una actividad escolar cuya finalidad real no era la confesada a los profesores y las autoridades de las escuelas, sino la de espiar la lengua en la que hablan espontáneamente profesores y alumnos.
El català ja ha perdut la partida als patis de les escoles. La pot arribar a perdre a tot arreu?
Avui, a @30minuts https://t.co/EkoGqh2vui pic.twitter.com/s66Bib76MM
- TV3.cat (@tv3cat) 30 de junio de 2019
En cada una de las escuelas espiadas, Plataforma per la Llengua seleccionó al azar a quince alumnos y un profesor y les pidió su colaboración, en inglés, para una actividad que requería la interacción de todos ellos. Mientras alumnos y profesor llevaban a cabo la supuesta actividad, el observador anotaba el idioma -catalán o castellano- en el que hablaba cada uno de ellos y cómo reaccionaban a la interacción con el otro idioma.
Clasificados como conejos
Antes de su selección como conejillos de indias, los alumnos habían sido clasificados como catalanohablantes, castellanohablantes o bilingües. También las escuelas habían sido clasificadas en función de su localización en zonas de mayoría catalanohablante o castellanohablante.
El estudio no ofrece datos de las escuelas o de los alumnos espiados, lo que permite poner en duda la fiabilidad de sus resultados. Sí se afirma en el informe final que las escuelas que han participado en el estudio, sin ser conscientes de ello, son cincuenta en total, pertenecientes a los treinta y cinco municipios más poblados de Cataluña y con representación de las cuatro provincias. El total de alumnos espiados es de setecientos cincuenta.
Esto es gravísimo. Según “Plataforma per la Llengua”, espiaron a menores a la hora del patio sin informar al profesorado ni a las familias. El Conseller de Educación dijo en sede parlamentaria que no sabía nada de ese informe pero ellos dicen que el Departamento lo sabía. pic.twitter.com/7TaA2E0dbm
- Sonia Sierra (@SoniaSierra02) 18 de julio de 2019
El estudio, presentado por Escuder, afirma que el catalán sólo está presente en el 24,3% de las conversaciones en el patio de las escuelas. Según la plataforma, mientras que en primaria el uso del catalán llega al 35%, en la ESO cae hasta el 14,6%. Por lo que respecta a los profesores, el 27,8% de ellos se dirige en castellano a los alumnos, "de manera que no se respeta la condición de lengua vehicular del catalán, tal y como marca la LEC" (la Ley de Educación Catalana).
La Plataforma per la Llengua señala que el porcentaje de uso del catalán baja hasta el 13,8% "en las zonas donde es más necesario". Es decir, y siempre en su opinión, en los entornos "claramente castellanohablantes". "En estos centros, el uso del catalán cae hasta el 6,88% en primaria y desaparece por completo en la ESO, con un 0% del uso", según Escuder, que también insistió en la que consideró una de las conclusiones más impactantes del estudio: que el catalán es minoritario incluso en zonas claramente catalanohablantes, donde sólo un 45,8% de las conversaciones se produce en catalán.
Los parados hablan español
Según la entidad, lo que está en juego "no es sólo la salud de una lengua, sino sobre todo la cohesión social del país, la construcción de una sociedad basada en la justicia social y que combate los prejuicios". Acerca de la relación entre la lengua usada por los niños y la justicia social, el presidente de Plataforma per la Llengua afirmó que, según el último InformeCAT, realizado también por la misma entidad, "las personas que usan el catalán de forma habitual, ya sean de origen catalanohablante o no, sufren la mitad de paro que los que hacen uso habitualmente del español. Es decir, que los que usan habitualmente el catalán tienen más oportunidades laborales".
La presentación del estudio finalizó con el anuncio de la firme voluntad de la plataforma de dedicar todos los esfuerzos posibles a que "todos los ciudadanos del país, ya sean de Ciudad Meridiana o de Gràcia, de Badia del Vallès o de Banyoles, sientan que el catalán les pertenece y que les es propio".
Emigrantes y subordinación
Antes, los responsables de la entidad habían censurado a los profesores acusándoles de "relajación lingüística" y achacado a los inmigrantes y a "los prejuicios lingüísticos" de los catalanohablantes la situación del catalán. Según Escuder, cambiar al castellano cuando tu interlocutor habla en ese idioma es un acto de "subordinación lingüística".
A la vista de los resultados de su estudio, Plataforma per la Llengua está preparando una campaña para fomentar el uso del catalán en las escuelas. Según explica el periodista Albert de Paco en un artículo publicado el 24 de junio en Vozpópuli, la plataforma recibió entre 2013 y 2018 subvenciones exentas de concurso por valor de 3.720.000 euros gracias a dos convenios trienales aprobados por el exsocialista Ferran Mascarell, luego consejero de Cultura de la Generalidad con Artur Mas.
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