El juicio de Bankia se ha convertido en una guerra entre la cúpula del Banco de España y la asociación de inspectores que perjudica la imagen de la institución
El juicio del caso Bankia ha abierto la caja de los truenos en el Banco de España y desviado la atención de lo que se juzga en la Audiencia Nacional. Durante el último mes han desfilado por el tribunal cerca de una decena de testigos, ligados al regulador, que se han cruzado acusaciones y han aportado correos y 'contracorreos' cuya principal damnificada es la imagen de la propia institución.
Centrando los hechos, el juicio de Bankia investiga una presunta estafa en la salida a bolsa de Bankia y una posible falsedad documental en las cuentas de la entidad de 2010 y 2011, frente a 35 acusados. Entre los procesados no hay responsables del Banco de España, que sí llegaron a estar imputados durante una de las fases de la instrucción. Pero el regulador es clave por los informes periciales de dos inspectores —Antonio Busquets y Víctor Sánchez Nogueras— y por los correos del el exresponsable de supervisión de Bankia, José Antonio Casaus, que apuntan al mal estado de Bankia antes y después de la salida a bolsa de julio de 2011.
Con estas bases arrancó el juicio el pasado mes de noviembre. En él, Casaus y sus excompañeros en el equipo de supervisión han refrendado que Bankia estaba muy mal ya en 2010: el más explícito fue el inspector José Antonio Delgado, que dijo que el banco "estaba muerto" y la salida a bolsa fue "una operación de maquillaje".
Por su parte, la excúpula del Banco de España ha aprovechado cada declaración para cuestionar la credibilidad de Casaus y de los peritos, que todavía tienen que ratificar sus informes.
A pesar de un intento de suavizar la tensión por parte de Casaus, que señaló estar seguro de la buena intención de sus exjefes en toda decisión sobre Bankia y lamentó que hubieran estado imputados, este inspector ha sido objetivo de todos los testigos que han pasado por la Audiencia tras él.
Nuevos correos
El último en hacerlo ha sido el exdirector de Supervisión, Jerónimo Martínez Tello, quien el pasado lunes aportó dos nuevos correos que dejan en mal lugar a Casaus. En uno de ellos, de la segunda mitad de 2014, el inspector señalaba que "de cara a defender la imagen razonablemente fiel de las cuentas de 2010, 2011 y 2012, con unos resultados tan diferentes, podemos simplificar y resumir diciendo que la clave está en la estimación de los deterioros de los activos del sector promotor [...]. Creo sinceramente que esto es verdad y desde luego mi verdad".
Estos correos, aportados hábilmente tras la declaración de Casaus, debilitan mucho su declaración. Le dejan como un inspector que tenía mala opinión sobre Bankia en 2011 y 2012; que aprobaba en sus informes oficiales la estrategia del banco —"nos faltó coraje"—; que en 2014 estaba alienado con la cúpula del Banco de España en descalificar a los peritos judiciales; y que más tarde hizo saltar por los aires la situación al hacerse públicos sus correos e ir a declarar a la Audiencia.
Fuentes próximas al regulador explican que Casaus está siendo un daño colateral de la guerra interna del Banco de España. El inspector no se casa ni con la cúpula ni con la asociación, y eso ha jugado en su contra.
Todavía está por ver el efecto que tienen los otros cuatro correos —también de Casaus— incorporados recientemente al juicio, tras la petición de la Fiscalía y un escrito de la acusación popular CIC. En ellos, se reflejan las advertencias del inspector a comienzos de 2012 de la mala situación de Bankia, alertada por el auditor Deloitte, y se desaconsejaba la aprobación del plan de saneamiento de Bankia en abril de ese año, algo a lo que no hicieron caso sus jefes.
Esta batalla con Casaus en medio del combate no es la única que ha protagonizado el Banco de España en la Audiencia en las últimas semanas. La declaración de su exgobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), también ha dado que hablar. Sobre todo después de que se lavara las manos —"solo hice dos cositas"— y luego fuera desmentido por un correo aportado por el exdirectivo del regulador, Pedro González.
El papel de Aríztegui
La cosa no queda ahí, ya que el expresidente de BBVA, Francisco González, dijo que el Banco de España pidió al banco que invirtiera en la salida a bolsa de Bankia, algo que previamente negaron como testigos exdirectivos del regulador. Y apuntó al exsubgobernador, Javier Aríztegui, que declara este lunes.
El capítulo del juicio de Bankia sobre el Banco de España todavía tiene algunos capítulos pendientes, que se sucederán en los próximos días, tras el daño reputacional sufrido por el regulador en las últimas semanas. Mientras tanto, el eje del caso —el dolo de los 35 acusados en la presunta estafa— sigue diluido en el proceso.