Laborda, Barba, Bermejo y Centeno afirman que la deuda pública es del 171% del PIB y no del 100%
No hay que mezclar churras con merinas, dice el refrán popular, casi siempre certero. Salvo si se trata de cuatro economistas españoles que proceden de mundos ideológicos antagónicos y hacen de la discrepancia virtud. Todavía más extraño: la unión les ha convertido en amigos. Porque, ¿qué pueden tener en común alguien que trabaja estrechamente con Podemos, otro que dejó la formación morada al renunciar ésta a la Tercera República, un candidato a las primarias nacionales de Ciudadanos y un asesor que respalda a Donald Trump y no ve con malos ojos las propuestas de Marine Le Pen?
Juan Laborda, Juan Carlos Barba, Juan Carlos Bermejo y Roberto Centeno coinciden con el mismo fervor en al menos una cosa: la contabilidad nacional es falsa, el INE miente, la economía española está en la UCI y nadie mueve un dedo por corregir este engaño masivo.
Tras varios meses llevando a cabo cálculos estadísticos, econométricos y de identidades contables -desde el punto de vista de la oferta, la demanda y las rentas-, los cuatro economistas del Apocalipsis concluyen que la deuda pública es del 171% del PIB y no ligeramente inferior al 100%; o que el PIB real para nada se sitúa en 1,1 billones de euros sino que estaría sobreestimado en 200.000 millones de euros aproximadamente. “España está quebrada pero nadie quiere anunciarlo”, sostienen.
Los cuatro razonan que el país estaría mejor fuera del euro aunque reconocen las dificultades de salir estando ya dentro. Respaldan las quitas a la deuda. Se sienten silenciados por las televisiones pese a que Bermejo y Centeno visitan platós con frecuencia y todos firman artículos de opinión en prensa escrita o digital. Se han carteado sin éxito con los comisarios europeos Pierre Moscovici y Valdis Dombrovskis, a quienes intentaron convencer para que intervinieran las cuentas.
Sí fueron respondidos por el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, quien les prometió que iba a tomar cartas en el asunto poco antes de dejar el cargo para competir con Angela Merkel por la cancillería en Alemania; y estos días están en contacto con el mayor semanario de Europa, Der Spiegel, interesado en publicar la corrección contable que proponen y que ha remitido el análisis de los cuatro al prestigioso Instituto de Kiel: manías del periodismo germano.
“Mantenemos desde hace tiempo la opinión de que había un problema con la contabilidad nacional”, evoca Juan Carlos Barba, farmacéutico, fundador del programa de radio Colectivo Burbuja y cerebro del grupo. Allí se terminaron de conocer y forjaron una amistad que perdura. “El promotor fue Roberto”, indica Barba, que se dice socialista (“de verdad, no del PSOE”) y asesoró a Podemos antes de marcharse. “Fue él quien insistió en que siguiéramos adelante con un informe técnico bien elaborado para difundir nuestra sospecha, un falseamiento de la contabilidad en 2008 y 2009, pero también en 2011, 2012 y un poco en 2013”.
Juan Carlos Bermejo disputó la presidencia de Ciudadanos (obtuvo poco más del 6% de los votos) con Albert Rivera a finales de febrero. “La falsificación de la que nadie habla se produce en 2008 con Zapatero, para que el PSOE ganara las elecciones y dar la imagen de que España crecía mientras en realidad caía en picado”, apunta. “Cuando el PP llega al Gobierno no sólo no hace nada por corregir esa falsedad, sino que la mantiene. En 2012 España estaba intervenida, había un rescate y cualquiera se ponía a decir que España tenía 180.000 millones de euros menos de PIB”.
Entonces publicaron un artículo demoledor simultáneamente en varios medios en julio de 2016 titulado Insostenible: PIB un 18% menor; deuda un 24% mayor. Fue el primero de una saga que les llevó a debatir abiertamente con Juan Manuel Rallo entre la indiferencia de otros economistas como Daniel Lacalle, cuyos análisis fustigan.
El arranque del texto dice así: “Un grupo de profesores y economistas independientes hemos realizado un análisis detallado de la actual situación de la economía española. Lo que hemos encontrado difiere profundamente de la versión oficial del Gobierno. Estos son los hechos y las cifras”.
Juan Laborda fue economista jefe de Chase, Barclays o Argentaria antes de fundar su propio negocio -los cuatro son empresarios-. Y es una de las cabezas económicas de Podemos, muy cercano al errejonismo. “No tiene sentido que en un país como Italia, con una tasa de paro la mitad que la nuestra, el crecimiento caiga más que el de España”, explica Laborda. “Hemos detectado tras la publicación de nuestros análisis que el PIB de años que poníamos en el disparadero, como 2008, ha sido corregidos en fechas recientes. Y así y todo, nos sale un gap importante”.
“Intentamos que nos validen oficialmente las cuentas, porque extraoficialmente ya lo han hecho”, se jacta Roberto Centeno. Si hay un personaje mediático en el grupo, ese es Centeno, catedrático de Economía y ex consejero delegado de un sinfín de empresas públicas entre los años setenta y noventa. “¿Por qué en las cartas que nos escriben los comisarios europeos Moscovici y Dombrovskis se nos responde que la Comisión está convencida de la honestidad de las autoridades españolas pero nadie nos refuta un solo dato?”, se pregunta.
Centeno, que ha protagonizado algún que otro debate caliente en programas como Espejo Público, proclama que los cuatro llevarán su batalla hasta el final. “Nadie nos ha dicho: sois unos inútiles. Y puedo asegurar que si el INE se creyera en posesión de la verdad nos acusaría de mentir y manipular porque ya lo han hecho en otras ocasiones. Nada de eso ocurre. ¿Por qué?”. Según Laborda, en los medios de comunicación se ha instalado “una especie de ley del silencio sobre cosas que parece que es mejor no sacarlas. Y el lío de las cuentas es un claro ejemplo”.
Seguros de contar con la razón de su lado, afirman querer “dar la oportunidad al INE y a Eurostat para que corrijan sus bases”. “Se trata de un debate que no es tan obvio: el tema es muy complicado, dicho sea en honor a Juan Carlos Barba, nuestro cerebro”, dice Centeno. “Los que podrían tomar cartas en el asunto, los funcionarios del Banco de España o los analistas del servicio de estudios de BBVA no lo van a hacer”, lamenta. “Porque no les dejan”. Hay expertos que saludan las tesis de los cuatro jinetes del Apocalipsis económico, caso de Santiago Niño Becerra. Con relación a otros economistas, en cambio, media un mundo: Gay de Liébana, José Carlos Díez…
¿Lo saben los partidos? “Yo se lo he dicho a Albert Rivera y él sabrá si quiere o no denunciarlo en el Parlamento”, asevera Bermejo. “Pero Podemos y Ciudadanos, o no quieren verlo o son cómplices del asunto”. Barba también se lo explicó a Nacho Álvarez, responsable económico de la formación que lidera Pablo Iglesias. “Me vino a decir, con otras palabras, que no puede meterse en este berenjenal…”.
¿Cómo conviven personas ideológicamente tan dispares? “Discutimos cuando se ponen a hablar de política” [risas], bromea Bermejo. “Sobre todo Centeno y Barba. Empiezan a hablar del pasado, del presente, de Cataluña… Cada uno tiene su punto de vista y entonces tenemos que ponernos serios porque si no no avanzamos”. Cataluña es un motivo de discordia total.
Durante el encuentro con El Independiente, Centeno realiza una larga disertación sobre el fracaso del Estado de las Autonomías, Cataluña y la necesidad de frenar la barra libre sanitaria para la inmigración. Dirige buenas palabras al programa de Marine Le Pen, pero Barba y Laborda disienten inmediatamente. “Nos llevamos de puta madre”, concede Centeno. “Procuramos aparcar las diferencias”, contemporiza. “Los números son los números y dos y dos son cuatro, y da igual que seas de izquierdas, derechas o medio pensionista”.
De la buena relación que guardan nació la candidatura de Juan Carlos Bermejo a las primarias de Ciudadanos. “Habíamos vuelto de las vacaciones de Navidad y quedamos a comer los cuatro”, relata. “En la sobremesa les dije que a finales de mes había primarias en mi partido. Laborda me dijo que por qué no me presentaba. Centeno le apoyó. Barba no decía nada, pero se reía y con esos ojos de complicidad me empujaba a ello… así que dí el paso”. Fracasó -Rivera rozó el 90% con un resultado a la búlgara-, pero promete que volverá: “Ahora sí estoy decido a ser presidente de Ciudadanos y le ganaré a Albert Rivera”.