El Gobierno “ha llamado al orden” a dos economistas españoles y “ha cogido la matrícula” de otros tres por airear las trampas de la contabilidad pública y negarse a vocear que España ha salido de la crisis. Se trata de Juan Laborda (Vozpópuli), Roberto Centeno (El Confidencial), José Carlos Díez (Cinco Días), Alejandro Inurrieta (Vozpópuli) y Juan Ramón Rallo (El Economista).
Los 6 artículos de estos 5 economistas que han despertado la ira del Gobierno son los siguientes: Los economistas, esos nuevos bufones, de Juan Laborda; Las rentas familiares, en caída libre y Respuesta al Instituto Nacional de Estadística de Roberto Centeno, Desconfianza estadística creciente de Alejandro Inurrieta, Las exportaciones no van bien de José Carlos Díez y No a Arias Cañete de Juan Ramón Rallo.
En una España esquilmada y en quiebra –este lunes se supo que Renfe-Adif ha “enterrado” 435 millones de euros en un túnel inservible para el Ave Murcia-Almería y otros 288 millones en el trayecto Málaga-Sevilla sin que ningún responsable esté en la cárcel– la órden de Moncloa es tajante: hay que cantar y contar la recuperación económica de España pese a los 6 millones de parados y los dramas diarios de sus ciudadanos con el empleo, la vivienda y hasta la alimentación, incluída la infantil.
La periodista Ana I. Martín ha recogido el guión que el Ejecutivo quiere imponer a todos los analistas económicos: “el paro registró en marzo su sexto mes de caídas consecutivas y creció el empleo en casi 84.000 afiliados; las exportaciones han crecido hasta los 230.000 millones de euros -sólo el Reino Unido ha experimentado una subida mayor-; la Semana Santa ha dado otro empujón al turismo, un sector que siempre es un seguro de vida”. Pero estos 5 economistas no se lo tragan y son los únicos que a juicio del gabinete alzan la voz de forma disonante al ver el vaso “medio vacío” y acusar a esta casta de dirigentes político-empresariales de “manipular los datos“. “Son los irreductibles, los críticos entre los críticos, los “aguafiestas profesionales“, como hay quienes los llaman en La Moncloa. Aunque obviamente ellos prefieren llamarse a sí mismos “los no atados al pesebre“, dice la periodista.
“El Gobierno coge la matrícula a cinco economistas que lo machacan. Se autodenominan “los no atados al pesebre” y traen de cabeza al Ejecutivo, que ha llamado al orden a dos de ellos recientemente por acusarle de falsear la contabilidad nacional” afirma la periodista Ana I. Martín desde “El semanal digital”, un diario que dirige el antiguo diputado de Alianza Popular, Antonio Martín Beaumont, que es a su vez biógrafo de Dolores de Cospedal y pidió el premio Nobel de la paz para Juan Carlos. Gracias a su cercanía al régimen se ha enterado y publicado que ante una posible debacle del PP-PSOE en las elecciones del 25-M, hay que intentar acallar a los críticos y señalar estas 5 cabezas de turco: “Lo peor para el Ejecutivo es que no predican precisamente en el desierto, sino que escriben en diarios como Cinco Días y El Economista, van a programas de debate como los de La Sexta, opinan en la radio y además su puerta siempre está abierta cuando algún corresponsal extranjero quiere una visión experta sobre lo que pasa en España”, señala su redactora en el artículo.
Según esta información, “los de Rajoy están tan hartos de que este grupo de economistas extienda constantemente un manto de sospecha sobre los datos oficiales que en los últimos días el INE ha decidido dar un toque de atención a dos de ellos. En concreto, a Roberto Centeno y a Alejando Inurrieta. Al primero porque después de denunciar en su blog “las continuas mentiras de este Gobierno corrupto de incompetentes y embusteros” pidió una auditoría externa de la contabilidad nacional. Tras el apercibimiento escribió otro artículo en el que denunciaba que el INE, “un organismo modélico hasta la Transición”, había quedado reducido hoy a mero “portavoz de las cifras que el Gobierno oligárquico desea hacer llegar a los ciudadanos y a los mercados”.
A Inurrieta, por su parte, el Gobierno lo ha señalado por un artículo titulado Desconfianza estadística creciente, en el que definía la recuperación económica como “una supuesta realidad que no existe más que en el imaginario electoral del Partido Popular” y acusaba a España de haber usado “trucos contables y estadísticos para cambiar la realidad económica“. Por ello le urgió a un desmentido: “Nos resulta del todo inaceptable cuestionar sin ningún fundamento, y basándose exclusivamente en infundios, la independencia, rigor y profesionalidad del INE y de sus más de 4.000 trabajadores”, le respondió el INE por escrito.
El régimen condena a 5 economistas por decir la verdad sobre las finanzas españolas