La capital y su región acaparan buena parte del aumento de población en España al tiempo que 26 provincias pierden habitantes, según los últimos datos del padrón que dan pistas sobre las tendencias demográficas
El número de madrileños creció por tercer año consecutivo y a un ritmo mayor según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestran que el 1 de enero de 2018 la región contaba con 70.895 nuevos vecinos con respecto al año anterior. El aumento es con diferencia el mayor de todas las provincias, seguido por Barcelona con 33.313 nuevos habitantes. El crecimiento de Madrid contrasta con la caída de población en 26 provincias españolas. (En toda España la población empadronada subió en 150.848 habitantes, hasta los 46.698.569).
Como pasa en otros países europeos ricos, Madrid crece mientras el interior se despuebla a un ritmo cada vez más rápido, según los expertos. La región de Madrid ya tiene 6.578.079 habitantes, de los cuales 3.223.334 viven en la capital (+40.353 en el último año). El aumento de población es generalmente interpretado como una buena señal de salud económica que atrae inmigración. En el caso de Madrid la evolución de las últimas dos décadas refleja los altibajos de la economía. La región, que perdió 61.564 habitantes entre 2012 y 2015, crece ahora a un ritmo menor con respecto a los años del boom del ladrillo en la década pasada. Por entonces, la Comunidad llegó a incorporar a casi 200.000 nuevos madrileños al año en varias ocasiones.
En un contexto global en el que cada vez adquieren más protagonismo las grandes megalópolis, Madrid se ha visto beneficiada. La capital concentra al grueso de administraciones públicas y multinacionales en España, lo que le ha permitido ofrecer mayores oportunidades laborales sobre todo en años de dificultades económicas. “En las crisis el más grande resiste mejor”, apunta el sociólogo de la Universidad Rey Juan Carlos Roberto Barbeito.
Los nuevos datos del INE nos permiten conocer otros detalles interesantes sobre los cambios que experimenta Madrid:
1. Madrid crece gracias a los inmigrantes. La mayor parte del crecimiento del último año en la región de Madrid se debe al saldo migratorio (+59.479 personas, 84% del crecimiento), en particular al saldo con el extranjero (+43.380 personas), resalta el demógrafo de la Universidad de A Coruña Diego Constantino. Las protagonistas de este crecimiento están siendo las mujeres (54% del total).
2. Fuerte aumento de venezolanos. Al tiempo que la economía venezolana se hunde, esta comunidad de inmigrantes es la que más rápido crece en la región de Madrid (+17.191 personas) hasta llegar a los 66.382 inmigrantes de ese país empadronados en la región. Otras comunidades con incrementos significativos son la colombiana y la hondureña con aumentos de más de 5.000 residentes hasta llegar a 91.758 y 20.718 empadronados respectivamente. Comunidades con tamaño considerable como los marroquíes y los ecuatorianos crecen levemente.
3. Desciende el número de rumanos. La mayor comunidad de inmigrantes en Madrid, la rumana, está perdiendo peso (-6.867 solo en el último año) y cae hasta los 140.789. Parte de ese descenso puede deberse a rumanos que hicieron las maletas para volver a su país atraídos por la buena marcha de la economía. En 2017 Rumanía fue el país de la Unión Europea que más creció, un 7%, según Eurostat.
4. Ciudades que se vacían. No todos en la región madrileña crecen. En el último año, 43 municipios perdieron peso demográfico. Se encuentran principalmente en las tres esquinas del mapa, lejos del área metropolitana. La excepción notable es Coslada que a pesar de su cercanía a la capital ha perdido 9.565 habitantes en los últimos cinco años. La ciudad que más menguó en ese período es Alcalá de Henares (-11.072), al tiempo que la vecina Torrejón de Ardoz crecía de modo destacado (+5.968).
5. Las dos caras de las zonas rurales madrileñas. La metrópolis gana espacio en el mapa regional pero buena parte del territorio madrileño sigue siendo rural. En este entorno se encuentran casi todos los 43 municipios de Madrid que pierden población.
En muchos casos la frontera entre los que crecen y los que se despueblan la marcan las autovías radiales que conectan la capital con el resto del país. Los municipios de la Sierra Norte cercanos a la A-1 o los de la comarca de Las Vegas próximos a la A-3 resisten mejor que los alejados.
En la Sierra Norte, una comarca históricamente pobre y poco habitada, algunos pueblos pequeños rodeados de montañas resisten la despoblación: El Vellón sumó 108 vecinos para llegar a 1.942 y Bustarviejo otros 87 para llegar a 2.486. Mientras, otros desaparecen poco a poco: La Hiruela perdió cuatro habitantes y ahora son 48. Madarcos sigue siendo el pueblo menos poblado. Este año tiene una buena noticia: sumó un nuevo vecino y ahora son 47.
6. Nacen más niños que en otras regiones. En Madrid cae la natalidad, pero no tanto como en el resto de España, lo que ha hecho posible que sea la región con el saldo vegetativo (la diferencia entre nacimientos y defunciones) más positivo. En el primer semestre de 2018, nacieron en Madrid 3.714 personas más que las que murieron. Madrid se beneficia de tener una población más joven que otras regiones y con mayor inmigración, lo que explica en parte esa mayor natalidad, indica la socióloga de la Universidad Complutense María Sánchez.
7. El impulso de la economía madrileña. La buena marcha de la economía explica que la región siga atrayendo a inmigrantes y españoles de otras provincias. Durante 2017, año al que pertenecen estos últimos datos del padrón, la tasa de desempleo cayó en la provincia medio punto hasta un 13,75%. Es muy probable que el próximo padrón refleje un nuevo aumento de población puesto que el desempleo ha descendido en el último año hasta el 11,86%, según los datos dados a conocer ayer. Es la cifra más baja desde hace una década.
Ahora bien, los nuevos madrileños no necesariamente se asientan en la región porque se viva mejor, según los expertos. Buscan oportunidades laborales que no encuentran en sus regiones o países de origen, pero en Madrid se encuentran con una vivienda cada vez más inasequible y con servicios públicos más insuficientes, apunta Barbeito. “Algunas de las ciudades más pobladas del mundo son los lugares en los que peor se vive”, advierte.
8. Las provincias que más población aportan a Madrid. Los movimientos migratorios más numerosos con el resto de España se registran con provincias limítrofes como Toledo (alrededor de 9.000 personas de entrada y salida) o Guadalajara (de 3.500 a 4.000 personas), destaca Constantino. Las provincias que pierden más población en favor de Madrid son Sevilla (+1.307); Ciudad Real (+1.107) y Cáceres (+1.004).
Con respecto a Barcelona, Madrid pierde cerca de 200 personas. El dato sorprende en medio de la inestabilidad en Cataluña. Según Constantino, puede deberse a catalanes establecidos en la capital que ahora retornan. De todas formas es un saldo pequeño, que desde 2012 solo ha sido negativo en 2014 y en 2017, agrega.
9. La crisis ha pasado una fuerte factura a la España menguante. Antes de la crisis económica, el número de habitantes crecía en la gran mayoría de las 26 provincias que ahora sufren dramáticas caídas de habitantes. Las tres que más pierden entre 2013 y 2018: Asturias (-40.030), Jaén (-27.234) y León (-26.433) crecían entre 2003 y 2008 en 4.757, 15.873 y 4.202 habitantes respectivamente.
Muchas de estas 26 provincias se encuentran en el interior del país, pero también en la costa norte y Andalucía. Las causas de su rápido despoblamiento son múltiples, según los expertos. Un factor significativo es la retirada de la inversión pública. Barbeito señala que en esa parte de España la redistribución territorial de riqueza en los '90 y la década del 2000 gracias sobre todo a los fondos europeos contuvo un declive demográfico que había comenzado décadas antes con el éxodo rural.
Las perspectivas para estas zonas no son halagüeñas a menos que cambien su modelo productivo o reciban nuevas ayudas públicas. "La despoblación en modo alguno es inevitable pero la gente debe acceder a buen empleo y servicios públicos para dejar de buscarse la vida lejos", dice Barbeito.