La Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital ha anunciado un "grupo de sabios" para crear un "libro blanco" sobre inteligencia artificial. Algo va mal. Muy mal
Nueve "sabios" y seis meses por delante para decidir cómo hincarle el diente a uno de los sectores tecnológicos más calientes del momento: la inteligencia artificial. Esa es la estrategia que ha presentado esta mañana la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital, con José María Lassalle al frente (sí, el mismo Lassalle cesado el año pasado en su cargo de Secretario de Estado de Cultura tras el fiasco del canon digital declarado ilegal por el Tribunal de Justicia de la UE). El objetivo: elaborar un "libro blanco". Libro Blanco. Estas dos palabras demuestran que algo estamos haciendo mal. Mientras EEUU, China, Reino Unido o Alemania ya han aprobado inversiones millonarias en I+D centrado en inteligencia artificial (IA), en España nos preparamos para decidir qué hacer en 2018. Con suerte.
"Hemos encargado este libro blanco para llegar a una serie de recomendaciones y principios rectores. Son los que usará el Gobierno para promover iniciativas como convocatoria de foros y comités", ha explicado esta mañana Lassalle. Se trata de un proyecto "altruista" (los nueve "sabios" no cobrarán, aseguran) que intentará definir un código ético sobre el uso de datos e IA en las administraciones públicas y las empresas. Es decir, intentará evitar ese supuesto escenario apocalíptico del que Musk y otros llevan un tiempo avisando en el que el 'software' y las máquinas toman el control y deciden, más o menos, por nosotros.
Nada que objetar sobre el panel de expertos y la intención de evitar que esto se nos vaya de las manos. Entre los especialistas seleccionados hay integrantes de gran solvencia como Miguel Luengo-Oroz, primer científico de datos de la ONU y Chief Data Scientist de UN Global Pulse, o Nuria Oliver, doctora por el MIT en inteligencia perceptual, con más de 20 años de investigación en el MIT, Microsoft o Telefónica (puedes ver aquí el resto de integrantes). El problema es que el informe llega más de un año tarde. Cuando deberíamos estar hablando de cifras de inversión y proyectos concretos, estamos pensando qué queremos hacer a un año vista.
"Es el momento de invertir en inteligencia artificial, ahora es barato hacerlo. Dentro de un par de años, cuando el desarrollo de las infraestructuras ya esté avanzado, será casi imposible subirse. Cada mes que pasa es un mes perdido", reconoce a Teknautas Luengo-Oroz. "Veremos qué ocure...". Él integra el panel de expertos recién nombrado por el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital y no se quiere mojar, pero ese "veremos" tiene un claro significado: 'show me the money'. ¿Cuánto va a invertir el Gobierno de verdad en todo esto? ¿Cuándo? ¿Y en qué proyectos concretos? Le trasladamos la pregunta a José María Lassalle.
"Hay dos grandes frentes: la inteligencia artificial aplicada al turismo y al lenguaje. Pero no depende solo de nosotros. El Ministerio de Hacienda también tiene planes con IA para la administración electrónica, el Ministerio de Interior... Todo se enmarca en la Estrategia Digital para España 2025. Y estamos yendo a la misma velocidad que Alemania o Francia", explica Lasalle. ¿Y cifras? ¿Y proyectos concretos? Aquí la cosa empieza a temblar.
El proyecto de impulso de la inteligencia artificial aplicada al lenguaje ha recibido este año solo 5 millones de euros y no se sabe si se renovará. El otro frente, el del turismo, se enmarca en el conocido como plan de territorios inteligentes (sucesor del Plan Nacional de Ciudades Inteligentes) y cuenta con 115 millones, pero solo una pequeña parte, que el Ministerio no sabe concretar, destinada a inteligencia artificial. Todo esto se enmarca dentro del plan global de Agenda Digital que este año cuenta con un presupuesto de 658,3 millones de euros. Resumen en el frente de IA: mínima inversión, proyectos aislados y a destiempo.
Comparemos con algunas cifras del exterior. Reino Unido aprobó la semana pasada casi 100 millones de euros de inversión solo en el desarrollo de inteligencia artificial y robótica aplicado al sector de la energía. La idea es crear hardware y software que mejoren la seguridad de los trabajadores en centrales eólicas offhshore y nucleares (tecnología que luego podrán vender en medio mundo). En Alemania, la fundación Max Planck Society, financiada por el Gobierno, ha cerrado un acuerdo con Amazon a través del cual el gigante del comercio electrónico invertirá 1.500 millones en crear un centro de investigación en inteligencia artificial cerca de Stuttgart, en el conocido como Cyber Valley, uno de los mayores 'hubs' de Europa centrado en IA estrenado el pasado diciembre.
EEUU y China son potencias aparte, pero demuestran lo lejos que estamos del punto de ebullición. China anunció el pasado julio un mega plan para impulsar la inversión gubernamental en robótica inteligente, vehículos autónomos y realidad virtual, un plan con el que espera generar una actividad económica de 59.000 millones de dólares en ingresos hasta 2025. Miles de investigadores e ingenieros de decenas de centros y universidades están ya involucrados en el proyecto. Y EEUU, pese al recorte de presupuesto de Trump, ha sido el primero en establecer en 2016 un plan nacional de I+D en inteligencia artificial. Sin olvidar que Amazon, Google, Facebook o Apple están entre las compañías que más gastan a nivel mundial en este terreno.
Frente a este tsunami de cifras y proyectos en marcha, España se desmarca ahora con un libro blanco que "tendremos, si todo va bien, antes del verano", explicaban fuentes del gobierno esta mañana. Seis meses ahora mismo son suficientes para que se esfume parte del talento y el dinero necesario para situarnos en rampa de salida. Un año (o más) te deja directamente fuera de juego. La inteligencia artificial 'made in spain' no necesita libros blancos, necesita planes concretos. Más inversión y menos política.
No aprendemos: a España se le escapa el negocio millonario de la inteligencia artificial