La Agencia Tributaria advierte a los pequeños empresarios de que sus cuentas no cuadran y si no lo solventan se arriesgan a inspección y sanción
Hosteleros, carniceros, relojeros, peluqueros... El comercio de barrio se ha puesto en guardia ante el envío masivo de cartas de Hacienda. La Agencia Tributaria ha empezado a notificar a pequeños empresarios de toda España que existen "inconsistencias" entre la información de la que dispone y las declaraciones de ingresos de su actividad económica, lo que supone un "indicio de riesgo fiscal" que "podrá dar lugar a los procedimientos de control tributario que sean necesarios".
Las cartas se enmarcan en las campañas habituales de control del fraude que en este sentido lleva efectuando la Agencia Tributaria desde el año 2017, según aclaran fuentes del Ministerio de Hacienda, pero en esta oleada incluyen un aspecto novedoso: la comparativa entre los datos declarados por la empresa y los que "corresponden al sector económico y segmento de contribuyentes equiparable del año 2017".
Estas ratios han generado una gran confusión entre los empresarios y han provocado numerosas consultas a asesores fiscales y despachos de abogados. En la notificación recibida en un establecimiento del sector hostelero, por ejemplo, se especifica que su sociedad declara unos ingresos de cobros en tarjeta y efectivo en torno al 68%, frente a la media del sector, que no llega al 45%, con un margen neto (esto es, beneficio) del 3%, muy inferior al 7% de sus competidores. En principio, el cruce de estos datos sugiere posibles irregularidades. "Una ratio de tarjeta y efectivo superior a la del sector puede apuntar a que hay mucho efectivo que no se está declarando", advierten fuentes de la Agencia Tributaria.
De cualquier manera, "una sola ratio no indica nada definitivo, es la combinación de ellos", aclaran las mismas fuentes, que evitan aportar explicaciones más precisas. "No podemos dar demasiada información de cómo hacemos la selección de riesgos fiscales", zanjan. Una falta de concreción por parte de la Agencia Tributaria que critican desde el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF). Su director del Servicio de Estudios, Rubén Gimeno, indica que "se podría pedir a la Agencia que fuera más específica" a la hora de establecer estas ratios, pues "no se puede comparar la actividad económica de un bar de pueblo con la de una discoteca de ciudad, por ejemplo".
"Estamos realizando un conjunto de actuaciones encaminadas a mejorar el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias por parte de los empresarios societarios", justifica la Agencia Tributaria en sus cartas, en las que advierte de que "en el caso de que las inconsistencias señaladas persistan, el riesgo fiscal que estas representan podrá dar lugar a los procedimientos de control tributario que sean necesarios". Desde Hacienda explican que el siguiente paso es personarse en los locales para "verificar in situ y requerir al contribuyente la información necesaria". "De no ser suficiente, se procederá a la inspección", avisan.
'Operación pasta fresca'
El objetivo es evitar otra 'Operación Pasta Fresca'. Ocurrió en 2014, cuando Hacienda destapó un sofisticado sistema informático mediante el cual una cadena de restaurantes de comida italiana ocultaba parte de sus ingresos para no declararlos al fisco. En resumen, el sistema incluía una opción para aplicar descuentos ficticios a clientes que permitían desviar a una contabilidad b los ingresos cobrados en efectivo. La operación formó parte de un plan contra la creciente práctica del fraude denominado "software de doble uso" e implicó a 70 funcionarios de 8 delegaciones regionales, que irrumpieron simultáneamente en 15 establecimientos franquiciados de toda España acompañados de la policía.
Todo un despliegue que recuerda bien el secretario general del sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo. Ahora, con estas cartas, "se están liberando recursos de la Agencia Tributaria", informando a los empresarios de estas pequeñas empresas de que se han detectado "anomalías en su contabilidad". De este modo, "no quedan sectores con sensación de impunidad y los contribuyentes pueden ponerse al día de sus obligaciones, sin necesidad de llegar a la inspección". Es, en definitiva, una manera de no "perder el tiempo" con estos pequeños negocios, para poder poner el foco en actuaciones de ámbito superior que involucran a compañías de mayor peso económico.
De hecho, en el párrafo final la Agencia Tributaria asegura que "esta carta es una mera comunicación" e indica al receptor que no debe contestar, enviar ningún tipo de documentación ni justificar los datos que se desprenden de sus declaraciones ni de los abonos que puedan existir en sus cuentas bancarias. Pese a que las alarmas se han encendido entre el pequeño comercio, Hacienda insiste en que se trata de campañas habituales, enmarcadas en el Plan General de Control Tributario y tanto Mollinedo como Gimeno aseguran que "no hay que tener miedo a estas cartas". "El contribuyente no tiene que asustarse, basta con que se ponga al día de sus obligaciones tributarias", tranquilizan. Se descartan, por tanto, inspecciones masivas en los pequeños comercios.
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