Hacienda no se resigna a dejar de comerse la tarta de las bodas y para ello intensificará los controles en donaciones, facturas e 'inversiones'
Hacienda no se resigna a dejar de comerse parte de la tarta de las bodas. En el periodo en el que más matrimonios se celebran -entre mayo y septiembre- el Fisco ha decidido poner su foco en estos eventos, incrementando los controles y la presencia de inspectores en salones de fiestas, restaurantes y establecimientos habilitados para la realización de banquetes. El objetivo es evitar el fraude en donaciones, vigilar las facturas que se emiten durante los eventos y supervisar cualquier gasto o inversión desmesurada tras un enlace.
Según fuentes de la Agencia Tributaria, los responsables de algunas comunidades autónomas han decidido reforzar el nivel de inspecciones para reclamar el pago del Impuesto sobre Donaciones por el dinero que reciben en concepto de regalos. Cabe destacar que el Impuesto de Sucesiones y Donaciones está gestionado por las comunidades autónomas, que establecen sus propios tipos y deducciones. De hecho, hay regiones donde apenas se paga si la transmisión es de padre a hijos o de abuelo a hijos.
El procedimiento es simple y casi todos hemos pasado por una situación similar alguna vez. Los novios que invitan a su enlace suministran un número de cuenta corriente para que familiares y amigos depositen allí una determinada cifra de dinero como regalo de bodas. Por ignorancia -en muchos de los casos- o intencionadamente -en no pocos, según Hacienda- se pasan por alto que esas cantidades que reciben deben tributar en Donaciones.
Es decir, se trata de una obligación tributaria y, si no la asumen, pueden acabar siendo multados. En el caso de no satisfacer la multa, deberán pagar el 50% de lo recibido, e intereses de mora de un 3% anual. Hacienda tiene cuatro años para exigir el tributo.
En otras palabras: desde un punto de vista estrictamente legal, los regalos de boda pueden ser considerados como una adquisición a título gratuito y por esta razón habrá que pagar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones precisamente como una donación, que quedaría definida como la transmisión de bienes a título gratuito e intervivos.
"Lo que hemos comenzado a incrementar es la presencia de inspectores sobre el terreno. El objetivo de enviar a los funcionarios a los salones de bodas y locales donde se realizan los eventos es tener una aproximación real sobre la magnitud de las fiestas. Es decir, requerimos de la colaboración de los dueños de los establecimientos para que nos informen sobre el número de invitados, nivel de gastos y costes, entre otras cuestiones, lo que arroja una idea aproximada del volumen de la fiesta y las eventuales defraudaciones a Hacienda", explica un portavoz de la Agencia Tributaria.
En este sentido, desde el organismo reconocen que la "visita" a los restaurantes que sirven los menús de bodas tiene como finalidad cotejar datos entre las partes: a la empresa puede requerírsele, por ejemplo, la factura con el número de comensales del banquete, y Hacienda posteriormente chequea esa cifra con la lavandería que lavó los manteles del establecimiento. Si no coinciden, está facultada para requerir al restaurante información fiscal adicional.
La fuente agrega que preocupa y mucho "esa especie de agujero negro que se produce con los regalos de bodas, que son en realidad donaciones. En algunos de los casos no estamos hablando de sobres con un pequeño importe de dinero en metálico, sino de cifras elevadas con un procedimiento aceitado para blanquear dinero".
En este sentido, la Agencia Tributaria señala que es muy difícil cuantificar el fraude al Fisco en esta materia, porque "cada comunidad autónoma legisla de una manera específica al respecto". Lo que sí se sabe es cuántas bodas se celebran -de media- en España: cada año se casan en nuestro país casi 160.000 personas.
José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), señala a lainformacion.com que la Agencia Tributaria, en algunas delegaciones, ha estado llamando a los contribuyentes para que identifiquen los gastos de la boda, "buscando no tanto el regalo como los gastos en los que se ha incurrido (vestuario, ceremonia, fotógrafo, restaurante...) y si hay un respaldo de facturas, en busca de algo irregular", asegura.
También apunta que se puede producir, aunque reconoce no tener la constancia, comprobaciones al detectar que alguien ha realizado un gasto o una inversión importante que no se acomoda con los ingresos declarados. "Pensamos en los jóvenes que se han comprado un vehículo, una vivienda e incluso un pequeño barco y no pueden justificar de dónde proceden sus ingresos, ya que no existe una declaración por el Impuesto de Donaciones", concluye.
Hacienda incrementa los controles para requisar a los novios los 'regalos' de bodas