Las comunidades del norte ocupan sistemáticamente los primeros puestos en competitividad. Madrid se ha mantenido siempre en cabeza, seguida de País Vasco, Navarra y Cataluña
La cohesión económica de España sufrió un nuevo golpe durante la crisis con un claro sesgo entre las comunidades autónomas del norte y del sur. Los datos de competitividad de las diferentes regiones entre 2008 y 2016 elaborados por el Consejo de Economistas muestran que la brecha entre la región más competitiva, la Comunidad de Madrid, y la última, Extremadura, ha crecido durante todo este periodo. El nivel de competitividad de Madrid antes del inicio de la crisis era un 221% superior al de Extremadura y en 2016 era ya un 266% superior. Esta divergencia entre las dos regiones evidencia hasta qué punto España sufre un problema de cohesión económica y cómo las regiones con menor nivel de renta han sido las perdedoras de la crisis.
La Comunidad de Madrid ha ocupado durante todos los años de la crisis la primera posición y con una gran diferencia respecto a las siguientes. Esta región tenía en 2016 un nivel de competitividad que superaba en un 71% al de la media nacional. Navarra y País Vasco se han repartido el segundo y tercer puesto, regiones que tienen una situación fiscal favorable gracias a sus sistemas forales. El cuarto puesto lo ha ocupado, a lo largo de todo el periodo, Cataluña, con un nivel de competitividad un 30% superior a la media de España.
Los últimos puestos los ocupan las regiones del sur de España, que se han visto descapitalizadas durante la crisis. Extremadura tiene el peor resultado, con un nivel de productividad que es un 53% inferior a la media nacional. Extremadura es, además, la única región cuya competitividad se ha reducido durante la crisis, lo que muestra cómo la región se está quedando al margen del resto del país. Andalucía, que empezó la crisis como la última comunidad autónoma de España por competitividad, es una de las que más ha mejorado, lo que no ha sido suficiente para que siga siendo la segunda peor. Su competitividad es un 40% inferior a la media nacional.
"Es normal que la pérdida de competitividad haya sido más intensa en las regiones que tienen menor renta", ha explicado Juan Carlos Sánchez de la Vega, coordinador del estudio. El deterioro de la cohesión fue más intenso en los años iniciales de la crisis, pero en esta fase actual de recuperación, las comunidades más retrasadas han conseguido aproximarse a la media. Todas salvo Extremadura, que sigue mostrando un comportamiento muy débil.
El factor que más contribuye a la desigualdad en la competitividad es precisamente el que más debería ayudar, el de las infraestructuras básicas. La diferencia en este eje entre Madrid y Extremadura alcanzó el 640% en 2016 y la brecha con Andalucía fue del 390%. La diferencia en las infraestructuras públicas entre la capital de España y las dos comunidades del sur es tan amplia que resta mucha competitividad a estas últimas.
Para calcular el nivel de competitividad de las regiones, los investigadores tienen en cuenta todo el abanico de tipos de capital, desde el productivo hasta el humano, el institucional o las infraestructuras. Tras el estallido de la crisis, la mayor parte de las regiones perdieron competitividad como consecuencia del deterioro del mercado de trabajo, la inversión en infraestructuras y el entorno económico. Sin embargo, en el año 2014 España ya recuperó los niveles de competitividad que tenía en 2008, gracias al repunte de dos ejes: el capital humano y la innovación.
La competitividad rompe España: Madrid aporta ya un 266% más que Extremadura