El BCE compró 120.000 millones de deuda española en 2020, más de la emisión neta del país. Guindos explica que la cifra equivale también a la ayuda que España recibirá del fondo de la UE en cuatro años.
La recuperación de la economía de la zona euro ganará intensidad a partir del segundo trimestre de 2021 y será aún mayor en el caso de España, según el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, quien ha destacado que la institución adquirió en 2020 unos 120.000 millones en deuda española, una cifra equivalente a la emisión neta de España y a la ayuda que recibirá del fondo de la Unión Europea en cuatro años.
"El año pasado (el BCE) compró deuda pública de España por un importe próximo a los 120.000 millones de euros", ha destacado Guindos en una entrevista en la Cadena COPE recogida por Europa Press, donde ha subrayado que esta cifra representa "la práctica totalidad de la emisión neta" del país y el equivalente "a lo que España va a recibir del fondo de la UE en cuatro años".
Los 120.000 millones de euros en compras del BCE son una cifra incluso superior al dato final de emisión neta realizada por el Tesoro en 2020, que ha cerrado el año en los 110.000 millones de euros, frente a los 130.000 millones estimados antes del verano a raiz del impacto económico de la pandemia. El BCE no adquiere la deuda soberana en las subastas que realiza el Tesoro pero su intensa actividad compradora en el mercado es garantía más que suficiente para garantizar una fuerte demanda en las colocaciones entre los inversores, sabedores de que podrán vender sus bonos al banco central. Tal avalancha de compras, centralizada a través del programa antipandemia del BCE, ha permitido de hecho que el bono español a diez años llegara por momentos a entrar en terreno negativo el año pasado y que su rentabilidad se mantenga en mínimos, muy cerca de cero.
El vicepresidente del BCE ha señalado que con su intervención la entidad busca que la inflación se vaya acercando al objetivo de estabilidad de precios y que las condiciones de financiación sean adecuadas, sobre todo para los gobiernos, ya que "lo único que faltaría para las economías más débiles es que, aparte de la crisis sanitaria y económica hubiera una crisis de deuda parecida a la de 2011 y 2012".
De este modo, el exministro de Economía ha apuntado la importancia de que el país aproveche estas condiciones en las que prácticamente se está financiando a coste cero. "Hay que aprovecharlo", ha afirmado.
"La política fiscal responsable implica en estos momentos gastar más, incurrir en déficit publico", ha defendido Guindos, advirtiendo de que en todo caso este exceso de gasto debe dirigirse hacia asuntos relacionados con la pandemia como los ERTE europeos, los gastos sanitarios o las coberturas de préstamos con garantías públicas.
"Hay que gastar más, pero hay que gastar correctamente (...) No se debe aprovechar la pandemia para incrementar otro tipo de gastos que no tienen que ver con la pandemia", ha subrayado, anticipando que a partir de los años 2022 y 2023 habrá que llevar a cabo "procesos de ajuste presupuestarios" en los países con una posición más deteriorada, ya que una vez superada la pandemia se mirará cual es la posición fiscal de los países. "El déficit que estamos teniendo es para circunstancias excepcionales, no para circunstancias normales porque no es sostenible en el medio plazo", ha advertido.
En este sentido, cuestionado sobre la subida del SMI, el banquero central ha señalado en términos generales que la idoneidad de la medida depende de las circunstancias concretas, ya que en países con pleno empleo la subida la trae el mercado, mientras que en países con desempleo elevado hay que ser mucho más cuidadoso.
Recuperación más intensa en España
El vicepresidente del BCE ha reiterado que la recuperación continuará siendo desigual e incompleta, plagada de incertidumbres, a las que se suma el proceso de vacunación, que se espera vaya tomando más velocidad y permita "un tirón importante de la economía europea", con una recuperación "relativamente intensa" en el segundo trimestre, después de que entre enero y marzo se espere registrar un ligero crecimiento o una expansión prácticamente cero tras una caída del orden del 2% en la eurozona en el cuarto trimestre de 2020.
"Nuestra proyección para la zona euro es una contracción del PIB en el cuarto trimestre del entorno del 2% y una recuperación en el primer trimestre", ha señalado Guindos, quien ha recordado las proyecciones del Banco de España, que en su escenario central prevé para el país una contracción ligeramente por debajo del 1% entre octubre y diciembre de 2020.
En el caso de la economía española el vicepresidente del BCE ha expresado su confianza en que se produzca una recuperación mayor que la media de la zona euro, después de que España haya también sufrido con más intensidad los efectos de la crisis como consecuencia de su estructura económica, en la que el turismo y la restauración pesan mucho, con muchas empresas "muy pequeñitas", además de que "su posición fiscal en 2019 no era la mejor".
El economista ha señalado el riesgo de que se retrase mucho la vacunación, así como otros desarrollos ligados a la pandemia como que haya nuevas variantes del virus, como principales amenazas para el escenario central previsto que contempla que en la segunda mitad de 2021 se esté más cerca de la normalidad.
"Los riesgos a la baja siempre están ligados a la evolución de la pandemia, aunque el escenario central es que la situación mejore notablemente en los próximos meses", ha señalado, anticipando que la economía de la zona euro recuperará los niveles precovid "a finales de 2022", tras dos años de crecimiento de alrededor del 4% "si todo va de acuerdo a lo previsto".